RECORRIDOS

RECORRIDOS

04/07/2019 Mis poemas 0

 

Un traqueteo continuo sobre vías modernas,
eso es viajar.
Viajar por la vida en compañía de la mochila 
desgastada del deseo.

Ese traqueteo me mueve y me golpea,
mientras el tren recorre los paisajes
áridos de la Castilla
amada por los poetas.

Avanza el convoy Barcelona-Ponferrada
sobre una llanura espléndida, vieja camarada,
que comienza a reverdecer, seducida
por las remotas montañas.

De vez en cuando, a lo lejos,
mis ojos se impregnan del impulso
de los pináculos de una catedral, propulsados al cielo,
aguijones de mi alma.

Solo el corazón siente el vibrante
traqueteo de mi tren.

Yo contaba con paisajes nuevos,
regados por una lluvia fina
que fertilizase para siempre el olvido
y soterrase la pasión.

Me inquieta el ascenso por un puerto de empinados desniveles.
Me resisto a renovar el amor. A aspirar el aire que impregna,
cual ácido hialurónico las arrugas
profundas de mi piel.

El poema, ritual matutino, continúa dibujando,
incorregible, surcos en la tierra fértil.

El traqueteo del tren libera el espacio y el tiempo.
Paisajes que me acercan y alejan.
Sueños adolescentes
en un tiempo otoñal.

La distancia siempre acompañó a los amantes
más gloriosos de la historia.

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