
El patio
He venido a acompañarte en tu soledad. Y me siento, patio de los míos, en uno de tus escalones con el espejo frente a mí misma. Absorbo el olor de la higuera, señora de mis escondrijos, consciencia de la dulzura infantil. Al fondo, escondido en un espacio con el que dibujo una diagonal perfecta con…
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PRINCIPIOS Y FINALES
Una vez fui una chica con futuro. Leía en latín a Horacio y a Virgilio y recitaba a Keats completo de memoria. Al entrar en sus cuevas, los adultos me capturaron: comencé a parir hijos de un hombre necio y vanidoso. Ahora cuando puedo lleno el vaso y lloro al recordar algún verso de Keats.…
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El amor
«El amor empieza cuando se rompen los dedos y se dan vuelta las solapas del traje, cuando ya no hace falta pero tampoco sobra la vejez de mirarse, cuando la torre de los recuerdos, baja o alta, se agacha hasta la sangre. El amor empieza cuando Dios termina Y cuando el hombre cae, mientras las…
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No desistas
Cuando vayan mal las cosas como a veces suelen ir, cuando ofrezca tu camino sólo cuestas que subir, cuando tengas poco haber pero mucho que pagar, y precises sonreír aun teniendo que llorar, cuando ya el dolor te agobie y no puedas ya sufrir, descansar acaso debes pero nunca desistir. Rudyard Kipling Fotografía: René Goebli

La muerte al otro lado de la cámara
Acodada en la barra o la terraza me miro desde lejos como dicen que se miran los que han estado muertos: un fulgor en el vaso me resume lo helado de los años. Vértigo de un rodaje discontinuo, fotogramas vacíos que huyen. Eso sí, gastó el maquillador tiempo y pericia. Desde esta muerte actriz…
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Mar
Contigo, mar, amante encadenado a cielo y tierra, hoy, al fin, estoy a solas. Descanso del viaje; venturosa, te husmeo en el aroma de tu maná salado y te encuentro en la música armónica del trajinar de las olas. Hago mía tu fuerza silenciosa, y descubro los enigmas de mi historia. Sereno, mi corazón vibra…
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Cuerpos
Es ahí, donde realidad y ficción se fusionan. Ahí, en el averno invisible que te sostiene. Donde el universo mecánico funciona implacable sin permiso explícito. Donde la belleza automática adquiere un cromatismo extraño. Ahí, justo ahí, en el cuerpo que habitas cada segundo. Pintura: Fernando Botero
Día primaveral
Me gustan los días tan primaverales como los vaivenes de la vida. Una parte del cielo lagrimea con lluvia discontinua y alegre. El viento desliza sobre mi rostro las gotitas juguetonas. Las encarrila con la intención de fecundar los largos surcos de mis arrugas. El otro lado exhibe un orgulloso azul tan intenso como el…
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