Gràcia

Gràcia

26/01/2017 Literatura 0
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La vivienda  se hallaba en la calle del Perill en el barrio de Gracia, bien
lejos de su torre de Pedralbes. En alguna ocasión, se había cruzado con algún
alumno de la facultad, pero se hizo el distraído. La libertad era un bien
precioso, y el derecho a la intimidad, sagrado. Asumía que toda aventura
conllevaba un riesgo, de ahí la magia.

La planta baja tenía jardín en la parte
trasera. Un naranjo en flor, situado en medio del pequeño patio, desprendía un
agradable olor a azahar. Era un apartamento reducido, pero coquetón.  Recordaba con precisión el dormitorio con una
amplia cama redonda; en la pared, y abarcando gran parte de la cabecera, un
cuadro de El beso de Klimt a
juego con una colcha de seda de florecitas silvestres con diferentes colores,
cojines por todas partes, un delicado olor a vainilla y un lavabo con jacuzzi.

 

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