Instantes con vermut negro

Instantes con vermut negro

27/01/2018 Mis microrrelatos 0

La plazoleta del pueblo estaba casi desierta. Luis percibió los golpes metálicos que procedían del andamiaje de la gran tarima, instalada sobre el chorro desactivado de la fontana central, con el fin de representar como cada año la Passió. Tres obreros se afanaban en dejarlo todo a punto. Jabbi, un joven gambiano vecino del pueblo desde hacía tiempo, revisaba la plataforma. Le maravillaba su fuerza vital; la capacidad de adaptación a un mundo bien diferente al suyo. A pesar de ser un musulmán convencido, participaba en muchas de las actividades; hablaba un catalán perfecto y el grupo de festejos lo había convertido en el rey Baltasar de la cabalgata de Reyes.

Apuró los pasos y se dirigió al bar. Un camarero sudamericano le sirvió el vermut. Paladeó el sabor amargo con gusto a ajenjo del licor. Al posar el vaso sobre la mesa, se fijó en cómo el rayo de sol refractaba sobre el líquido amarronado y sobre la aceituna rellena, atravesada por el palillo circular. Justo en aquel instante, la oliva le pareció una metáfora de su vida: solitaria, flotaba en un medio turbio, arponeada por un filo extraño. El párrafo de todos los párrafos, se inmiscuía como un bisturí en su cerebro, a ráfagas, sin relación aparente con sus pensamientos, y emergían palabras “una vida digna de ese nombre”, frases inconexas, como si una ventisca castigase su mente.

Perder el alma

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