Estampas
Arrastro los pies
por la linde del camino
solitario
de una playa desierta.
Jirones de nubes disparan
filigranas de un rojizo
displicente
sobre el cielo infinito.
Las olas bailan en el agua,
avanzan con ligereza conjuntada,
chocan
y se diluyen tras el golpe frontal.
El tiempo, amarre ilusorio,
decreta el inicio del
nuevo año
entre anhelos de esperanza.
Mientras, imperceptiblemente,
rapaces humanas, voraces hasta el absurdo,
prosiguen,
a trote ligero, hacia el cataclismo.
En Sant Pol de Mar. Primer día del año 2018.