Es el otoño, amor
No te enojes, amor, es el otoño el que en las mañanas soleadas
me confunde,
como antaño me engañó la primavera bajo la sombra fantasiosa
de los sueños.
Esperé de tu certera puntería tiernas sonrisas, palabras ardientes,
promesas
de un Edén donde, tumbados bajo deleitosa sombra y suave viento,
el resplandor nos envolviese.
Hoy, amor, la pobre luz de las farolas enriquecen la noche
de mi estancia
plácida, sin demandas, sin dependencias. Hoy no me encadeno
a expectativas.
Te sigo amando, amor, en cada golpe
de la vida.
He llegado hasta aquí, sin apegos, sin miedos, sin tan siquiera aferrarme
a ti.
Poema y fotografía: Berta Pichel