En el ritual mortuorio anual en un pueblo berciano típico: Toral de Merayo.
Me encantan estas tumbas tan tradicionales en tierra, decoradas con flores caseras.
“La noche se entraba,
el sol se había puesto:
perdido en la sombra
yo pensé un momento:
Dios mío, qué solos
se quedan los muertos”.
Gustavo Adolfo Bécquer