EL SILENCIO

EL SILENCIO

10/07/2019 Mis poemas 0

Abrazar el silencio,
sigilosamente,
dejarse mecer por el embeleso
de la quietud.

Sobre el lecho,
en la noche oscura
y estrellada,
solo escucho el silencio.

Es en esa torre de marfil iluminada,
donde los recuerdos, los pesares y el deseo
me arrullan en la cuna
del sosiego.

Solo con él, logro aceptar la silenciosa congoja
de la ausencia de los míos
en la consciencia del implacable estadio
de la eternidad.

Y en silencio, me imagino encaramada
en la cima puntiaguda de la Aquiana,
mi montaña mágica, oráculo sagrado y vigilante
del vergel.

También allí, el silencio sobrevive en la actitud expectante de un urugallo
y en el aroma exhalado de una nuez
liberada
de su jaula verdosa y marchita.

Es allí donde el Sol acaricia
mi soledad,
donde, en un instante de segundos cristalinos, besa
mi alma.

Solo el silencio invernal
cuando todo se acabe,
extenderá su manto sobre mi cuerpo
helado.

Solo entonces se impondrá el silencio definitivo.
Solo él y vuestra comitiva callada.

Fotografía: La Aquiana (El Bierzo)

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