El guitarrista

El guitarrista

04/02/2019 Mis microrrelatos 0

Se sentó en una esquina del sofá, al lado de Pepa. La camiseta parecía recién estrenada por la pulcritud del estampado. No se notaba la más mínima señal de haber pasado por el centrifugado de la lavadora. Al tenerlo tan cerca, Pepa percibió el olor a ropa nueva. Por contra, el pantalón tejano muy raído, tal vez comprado de segunda mano en Los Encantes de las Glorias, le otorgaban un aire bohemio muy atractivo.

Chelito colocó sobre la mesa un bol con cubitos de hielo y una botella de Cinzano. Pepa trata de recordar exactamente el momento en el que Fran empezó a tocar la guitarra. Cierra los ojos, evoca la situación, y cree percibir los acordes de Masters of ware de Bob Dylan ejecutados por el joven. Los dedos rasgaron las cuerdas, la larga uña del pulgar a dúo con la yema encallecida y amarillenta intensificaron el ritmo. Acercaba su cara a la guitarra como si el enamorado acariciase las mejillas de la amada. Mantenía los ojos casi cerrados; el tacto y el oído testimoniaron la fusión inefable, el lapso de luminosidad. Había vida, sentimiento y alma en la interpretación.

El tiempo nos deshizo

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *