Carteristas

“Señora, tenga cuidado con los carteristas”, le advirtió un hombre de unos cuarenta años, alto, de anchas espaldas, bien modeladas en el gimnasio y porte elegante. Lleva usted la cremallera del bolso medio abierta.”

            Se paró en seco para comprobar, una vez más, su incapacidad de controlar el estado de los bolsos; mientras el hombre se alejaba, le dio las gracias. Intuyó que era un policía de la secreta. Guardó el móvil y, por un tiempo, decidió aparcar su manía de fotografiar el entorno para compartirlo en instagram y en facebook, acompañado de alguna frase con alguna idea más o menos ingeniosa. Era una afición que le provocaba sentimientos contradictorios: ya no sabía si se había transformado en una adicta del aparato o si sencillamente lo había convertido en una especie de diario de imágenes y reflexiones que, de vez en cuando, la ayudaban a observar y a recordar su paso por la vida. La móvil manía, dudó de la corrección lingüística de la expresión, era una de esas prácticas a vigilar.

El tiempo nos deshizo
Fotografía: Las Ramblas.  Ayuntamiento Barcelona